Significado emocional de las habitaciones

Cada habitación de nuestra casa cumple una función y cubre unas necesidades físicas. Pero también hay unas necesidades emocionales que cubren las habitaciones.

¡Aquí te comparto por espacios, sus significados!

 

La entrada: nos recibe, nos da la bienvenida, nos saluda al llegar y nos despide al irnos de casa. Nos habla de quién somos y quién hay en casa viviendo. Nos recuerda para qué salimos de ella y porqué volvemos a ella. 

Todo en ella debe estar ordenado y organizado para que cuando entremos nos de paz, sepamos donde dejar cada cosa y cuando salgamos podamos hacerlo fácilmente y sin tropiezos. Que cada cosa esté en su lugar nos da paz, orden y claridad. Entrar o salir de nuestra casa, a través de una entrada ordenada y bonita, nos da seguridad, alegría y nos hace sentir que todo está bien. Saber dónde está todo lo necesario para salir de casa fácilmente y sin olvidos es una tarea de nuestra querida entrada. 

 

 

La cocina: Almacena nuestros queridos alimentos. En ella cocinamos lo que nos va alimentar y lo que bebemos. No sólo tiene que ser un lugar bonito, si no que también tiene que estar ordenado y limpio. En ella pasamos la mitad del tiempo que estamos en casa, un 35 % del tiempo de nuestros días lo pasamos en la cocina. Cocinamos, limpiamos, ordenamos… pero también reímos, bailamos, damos de comer a nuestros seres queridos, incluso a veces, hasta hacemos el amor. La cocina es el centro de nuestra casa, así que no es extraño que desde hace unos años, sea tan popular abrirla al resto de la casa, quiere estar integrada, quiere ser vista y considerada una más de la casa. No quiere estar apartada porque sabe que en ella nos lo pasamos muy bien y quiere que la aprovechemos al máximo. Nuestra cocina no sólo quiere ser bonita, si no que también quiere estar bien decorada e iluminada para poder dar lo mejor de ella para que estemos muy a gusto en ella.

 

La sala: En ella descansamos, jugamos, vemos películas, hacemos siestas, reímos con los nuestros, hacemos el amor, trabajamos, hacemos ejercicio, manualidades. También guardamos nuestros libros, tenemos cojines de ricas texturas, mantas deliciosas, juguetes de nuestros hijos. De nuestras paredes cuelgan cuadros familiares, que compramos en un mercadillo o piezas exóticas traídas de lugares remotos. Es la parte más social y sociable de la casa. Puede que cuando vengan visitas, sea la única parte de nuestra casa en la que estén. Pero también es en la que más estamos durante los fines de semana y las noches de diario. Normalmente es la que primero se decora precisamente por estas razones. Es la habitación más grande la casa y la que se lleva la mayor atención, incluso si no la pisamos mucho, es en la que más se invierte, porque si vienen invitados, es la que más ven. Quiere estar bonita, pero también quiere ser cómoda y amigable. Quiere que la utilices mucho, porque por ella has pagado mucho. Por eso quiere que tengas un sofá que te flipe, acorde siempre a tus necesidades (porque tal vez, no seas tanto de recibir en casa y no necesites uno gigante). Quiere que tengas todo lo que necesites para estar en ella porque quiere que estés ahí, con ella. Le encantas y sabe que si estás cómoda, pasarás mucho tiempo ahí.

 

El aseo: El pequeño baño de la casa. No todas tienen la suerte de tenerlo, pero las que lo tienen, les fascina tenerlo bonito, bien decorado, con flores y buena iluminación. Sus toallas limpias siempre, bien aireado, listo para recibir a los invitados de la casa cuando vienen. Tener un bonito cuadro, un bonito jarrón, jabones comprados a propósito, le hace sentir importante pese a su tamaño. Le encanta recibir visitas, y sonríe incluso si eres tú en un día normal.

 

El dormitorio: Uy, el dormitorio. Hablemos del principal primero. Aquel que primero se llena de la casa, incluso si hay niños en ella, todos terminan ahí. La cama es la más grande de la casa, el armario es el más amplio y si hay suerte, tiene un baño incluido. Aquí pasamos 8 horas de nuestras noches, descansando nuestros preciados cuerpos. Pero también leemos, jugamos con nuestros hijos, cambiamos pañales, hacemos el amor, hablamos por teléfono y vemos una película (mejor si no es en una TV fija en el dormitorio por su energía electromagnética). A veces, por “sólo” ir a descansar y dormir, no le prestamos mucha atención, pero es un lugar muy importante en nuestra casa, precisamente por ello. Nuestras almas descansan en ella, nuestros cuerpos se recargan en la cama. La cama tiene que ser la mejor que podamos comprar porque nuestra salud depende de ello. Lo mismo pasa con nuestras almohadas, donde descansamos nuestros cuellos y cabezas por 8 horas al día. Es un lugar de conexión total con nuestra parte menos re-conocida, el subconsciente. Es donde ponemos a descansar nuestros cuerpos, y donde nuestras mentes siguen trabajando sin ni siquiera darnos cuenta de ello. Quiere por eso mismo, que lo cuidemos hasta el mínimo detalle, que lo decoremos con cuidado, que lo iluminemos para que todas las cosas que queramos hacer en él estén bien iluminadas (no es lo mismo hacer una maleta, que leer un libro o hacer el amor) Es el lugar más sincero de la casa, donde nos desnudamos, donde tenemos conversaciones muy privadas e íntimas, donde nos vemos nuestros cuerpos desnudos, donde nos desvestimos nuestra alma y vestimos nuestros cuerpos.

 

El baño: Aquí sí que nos desnudamos y vemos nuestros cuerpos en todo su esplendor. Nos duchamos, nos bañamos, nos encremamos, nos maquillamos, nos sentamos para limpiar nuestro interior y nos metemos en la ducha para enjabonar nuestro exterior. Es un lugar donde no pasamos mucho tiempo pero, sin embargo, el tiempo que pasamos es muy íntimo y personal. Por eso, es importante estar muy cómodos en él, sentirnos muy acogidos porque él nos ve en todo nuestro esplendor. Un lugar donde nos veamos bien al maquilarnos, donde la puerta se abra bien cuando entremos, donde estemos calentitos al salir de la ducha, donde poder cerrar los ojos tranquilamente en la bañera mientras escuchamos música relajante. Donde tengamos privacidad, incluso si nuestra familia es numerosa.

 

La lavandería: No siempre hay una en casa, pero si tenemos suerte, tendremos un espacio donde las queridas máquinas que lavan y secan nuestra preciosa ropa, se encuentran juntas y cuidadas. Es un espacio muy importante de la casa, en el que debe haber el mismo orden que hay en el resto, pero que muchas veces, se llena de trastos y polvo. Debería ser un lugar hermoso donde estar porque ahí hacemos cosas igual de importantes que en el resto de la casa. Debería ser un lugar cómodo y práctico, donde poder limpiar una camiseta sucia de nuestro hijo y guardar la escoba con facilidad. A la pobre, no se la trata muy bien, quedando olvidada para lo último, pero para mí, es un lugar tan importante como en el resto de la casa. Si podemos, deberíamos decorarlo para que se vea que pertenece al resto de la casa, incluyéndolo en el hilo conductor decorativo.

 

La terraza: Este espacio no apreciado por todos por igual. Hay gente que le encanta estar en la terraza y disfrutar de ella y otros, que por el contrario, no la necesitan. Desde mi punto de vista, tener una terraza en un piso en la cuidad, es el mayor tesoro que puedes tener, por pequeña o estrecha que sea, por tanto hay que cuidarla, decorarla y mimarla igual que al resto de la casa, con cariño y dedicación. No debería convertirse en un almacén de trastos, donde se guardan las bicis y ya está (a menos que sea un balcón donde sólo quepan ellas, claro). Para mí, las terrazas son el exterior, el aire fresco, lugares donde poder leer un libro, tomarte un té o una cervecita fresquita. En las terrazas, podemos recibir amigos y si tenemos suerte, hasta tomar el sol, o hacer unas hamburguesas en la Bbq. La iluminación es igual de importante que en el resto de la casa porque lo que no cambia cuatro bombillas bien puestas, no lo hace nada en el mundo.